Servicios
Gran parte de la aventura es navegando, por eso creemos en la importancia de una muy buena atención en el camino. En el Tiffara puedes sentir el lujo en todos los ambientes, en sus espacios íntimos, en la calidez con que te atendemos y en los servicios de primera que te entregamos.
Sistema de audio marca Bose y DVD
Bar, bien surtido en vinos y licores y un frigobar
Lavandería
Aire acondicionado
Salvavidas personales y balsas salvavidas certificadas
Embarcaciones auxiliares: bote inflable y kayacs de mar
Buceo, equipos de buceo completos
Pesca, cañas de pesca con mosca, de mar y de rio
Cocina gourmet
WI-FI y acceso a Internet según geografía
Primeros auxilios. Contiente Desfibrilador externo
Cinco camarotes dobles con baño privado para huéspedes



Una aventura
gastronómica
Parte esencial de esta aventura es nuestra gastronomía. Conectar con la naturaleza es también conocer a su gente y sus costumbres, por eso en nuestra carta podrás disfrutar de verdaderas exquisiteces preparadas con frescos pescados y mariscos de la zona. También visitaremos la casa de la señora Juanita que nos recibirá con su pan amasado calentito, un tradicional curanto y un clásico cordero al palo, como solo se hace en la Patagonia. El vino es esencial con las comidas, y si bien, nuestra aventura es solo por el Sur de Chile, nuestra carta de vinos te hará recorrer todo el país.
Tripulación
Palabras del Capitán
Fue en el verano de 1979, con juveniles 16 años, cuando navegué en un velero, por primera vez, por los canales de Chiloé. En aquel tiempo, el desarrollo marítimo de la zona era incipiente y aún era posible toparse con las magníficas y legendarias chalupas chilotas, hoy desaparecidas.
Sin saberlo yo, entonces, esa navegación marcaría un punto de inflexión en mi vida y delinearía mi destino. A mediados de los años ochenta estuve destinado al patrullero “Lautaro” de la Armada de Chile, en Puerto Montt, regresando nuevamente a los canales de Chiloé. Durante estos años navegamos profusamente los canales de Chiloé y Aysén y demás canales australes hasta el Cabo de Hornos. Dentro de las tareas que me correspondió realizar estuvo el levantamiento hidrográfico de los fiordos de Chiloé continental, información que permitió la confección de las actuales cartas náuticas que permiten la navegación de esa hermosa zona, hoy principal destino del turismo náutico de Chiloé.
Pasaron los años y en 1995, después de retirarme de la Armada, compré un velero, el “Leyenda”, y el destino me trajo, una vez más, a Chiloé. El “Leyenda” fue mi casa por varios años en los que, en forma pionera, comencé a realizar charters por la zona.
Fue a finales de Enero del 2002 cuando me ofrecieron la capitanía del Tiffara, que al momento se encontraba navegando desde el Caribe a Chile. Viajé raudo a Valparaíso para nuestro encuentro, el mismo día de su recalada. Ninguno de los dos nos conocíamos y creo que ambos estábamos expectantes de este acontecimiento.
¡Parecía que ambos intuíamos, secretamente, que nuestros destinos estarían encadenados uno al otro. Pocos días más tarde, nos hicimos a la mar con rumbo a Puerto Montt, en nuestra primera navegación juntos, al que sería nuestro puerto base hasta el día de hoy. Una vez más el destino anclaba mi vida a la zona de Chiloé.
A partir de entonces, nuestro vínculo se ha ido profundizando y con el correr del tiempo, nuestras vidas se han ido haciendo una sola y hablar del uno es hablar del otro. Juntos hemos ido navegando y descubriendo los rincones y secretos que esconde esta “loca geografía”, como la describía Benjamín Subercaseaux. En nuestras largas singladuras hemos visto cientos de amaneceres, navegado intrincados canales, fiordos escondidos, caletas, playas y glaciares, hasta el lejano Puerto Williams, en el extremo austral del continente. De a poco hemos ido develando sus secretos, conociendo las tradiciones de su gente, rememorando la historia de sus primeros navegantes, descubriendo aguas termales y senderos de trekking por bosques milenarios, conociendo su riquísima y variada fauna, maravillándonos con sus cielos estrellados, sorprendiéndonos con sus majestuosas cumbres nevadas y haciéndonos parte de ese silencio que nos lleva a lo más íntimo de nosotros mismos, en fin, todas esas experiencias que las palabras no bastan para poder describirlas.
Hoy, queremos invitarlos, a ustedes, a que nos acompañen en nuestras navegaciones, para así hacerlos parte de esta experiencia, que no es otra que la de una pasión por el mar y la historia, cultivada a lo largo de los años y la de un barco que la hace posible con calidez, seguridad y comodidad.